lunes, 7 de diciembre de 2009

GREG ODEN HACE "CRAK" (OTRA VEZ)

No es un tío con suerte Greg Oden.

Un hombre que levanta del suelo 213 centímetros, con 117 kilos de peso -puro músculo-, con unas manos enormes muy aptas para esto del baloncesto... y que sin embargo tiene unas rodillas de cristal que puede dar al traste con una carrera que se prometía fantástica durante su etapa universitaria (pese a que ya entonces tuvo algunos problemas físicos) y que toco su techo la noche del Draft de 2007, cuando fue seleccionado con la primera posición por delante de un tal Kevin Durant.

En el partido que hace unos días enfrentó a su equipo y a los Rockets en el Toyota Center de Houston, la rodilla izquierda de Oden saltaba por los aires al poco de comenzar el choque, haciendo que el gigante cayera desplomado sobre el parqué con unos terribles signos de dolor que hacían presagiar lo peor.
Pocas horas más tarde, las malas noticias se han confirmado. Fractura en la rótula. "Oden out for season".

Como todos sabéis, no es la primera vez que el bueno de Oden tiene que hacer un parón obligado en su carrera. De hecho, se está convirtiendo en un habitual -muy a su pesar- visitante de las enfermerías y quirófanos.

Aquí el currículum del chico de Indiana.

En su único año en la Universidad de Ohio State, Oden ya probó los sinsabores de la enfermería al tener que perderse el inicio de la campaña por culpa de una lesión en los ligamentos de una muñeca, de la que tuvo que ser operado, debiendo esperar hasta primeros de diciembre para presentarse en sociedad.

Eso no fue impedimento para que, renqueante de esa muñeca toda la temporada, pudiera firmar por noche más de 15 puntos, casi 10 rebotes y 3 tapones y medio, que le valieron tan privilegiada posición en el Draft del siguiente verano.

Pero fue una vez fue elegido por los Trail Blazers, cuando comenzó la verdadera pesadilla para él.
A mediados de septiembre de 2007, y antes de debutar con su nuevo equipo, los Blazers anuncian que su prometedor pívot se perderá toda la campaña por culpa de una microfractura en la rodilla derecha. Habrá que esperar para construir un equipo al rededor de él.

El pasar todo el año en blanco no sólo le hizo daño en la rodilla, si no que psíquicamente también acusó el golpe. Toda una ciudad -un estado- con sus esperanzas puestas en él, la decepción de verlo noche tras noche vestido de calle, y ver a tus compañeros jugar noche tras noche desde el banco... La cara de tristeza de Oden era evidente, y su poca conexión con sus compañeros también.


Esa microfractura fue sólo el inicio del calvario y el primer síntoma de que Oden era un tio con una mala suerte indisimulable.

Más de un año después, concretamente el día 28 de octubre de 2008, en el Staples Center de LA, Blazers y Lakers daban el pistoletazo de salida a una nueva temporada, nuestro protagonista por fin debutaría de manera oficial en la NBA... pero Oden cae lesionado en los primeros minutos del partido, con un fuerte esguince de tobillo que le tuvo apartado durante dos semanas. No sería su único parón durante la temporada.

Durante dos meses, y sin problemas de salud, Oden intentaba coger el ritmo a una competición que seguía esperando al ogro de Ohio State, que pocas veces, por no decir ninguna, salió a relucir. Tiempo de aclimatación tras tantos meses sin jugar de manera regular.

Dos días antes del All Star Weekend, donde tenía que acudir como integrante del equipo de rookies (pese a ser Sophomore, no jugar ningún partido en su año de debut lo convirtió en rookie), Oden sufrió un nuevo percance en un partido en Oakland, que le tuvo parado durante 5 semanas y un total de 15 partidos. Nuevamente a ver los partidos de traje.

Tantos parones tampoco ayudaban a que Oden llegara a integrarse con sus compañeros y en contadísimas ocasiones mostraba una sonrisa durante los partidos o en actos públicos. La presión estaba pudiendo con él y el gesto de tristeza en su rostro cada vez era más evidente.

Como era de esperar y con tantos impedimentos, en el poco tiempo que quedaba de temporada regular y Playoffs, no se llegó a ver al jugador que todos esperan y cuyo potencial hace adivinar.

Tras pasarse todo este verano trabajando, puliendo movimientos ofensivos y fortaleciendo sus extremidades inferiores, Oden inició esta temporada a un buen nivel (sin ser todavía la bestia que lleva dentro), más afín con sus compañeros, y sintiéndose más importante.

En este comienzo de campaña, promediando 11 puntos, 8 rebotes y medio y 2.3 tapones en 24 minutos, Oden ha logrado su máximo en cuanto a puntos (24) y rebotes (20), parecía que el verdadero Oden estaba por fin aquí.

Por poco tiempo.

21 partidos después del pistoletazo de salida a la temporada, su rodilla izquierda ha saltado en mi pedazos y obliga a este jugador de 21 años, aunque con cara de cuarentón -cincuentón si me apuran-, a pasar otra vez por el quirófano y a tener que ver vestido de paisano el devenir de su equipo y sus compañeros.
Hay que apuntar, para los amantes de la estadística, que desde su elección como nº1 del Draft, Greg Oden sólo ha podido jugar 61 de los 164 partidos posibles.

No debería Oden venirse abajo no obstante, ya que aunque en Portland la comparación con Sam Bowie, nº2 del Draft de 1984 por delante de Jordan, que tan solo pudo jugar 139 de 328 partidos en su etapa como blazer es recurso fácil, también podría mirarse en el espejo de otros grandes jugadores que después de sufrir una o varias) lesiones de extrema gravedad, han vuelto a jugar a un nivel, si no igual al anterior, bastante notable.

Casos como el de Antonio McDyess, que tras tres temporadas prácticamente en blanco por problemas de rodilla ha sido capaz de jugar regularmente 5 temporadas consecutivas en Detroit, como el de Danny Manning, operado de ligamentos cruzados en su temporada rookie y que fue capaz de llegar a ser All Star posteriormente, el de Bernard King, también All Star tras ser operado de ligamentos de rodilla y por supuesto el de Arvydas Sabonis, que jugó a un muy buen nivel precisamente en Portland tras varios años lesionado en sus tendones.

En estos casos son en los que debería fijarse Oden para intentar motivarse y para llegar en plenitud a la próxima temporada 2010/11.

Seguramente será difícil que lleguemos a ver al jugador que prometía en su año universitario... pero la NBA haría bien en esperar a un hombre que si logra decir adiós definitivamente a sus problemas físicos, podría convertirse en uno de los dominadores de sus zonas en la próxima década.

3 comentarios:

  1. Un saludo Pau.

    Es realmente lamentable el caso de Oden y mucho me temo que va a ser una constante en toda su carrera. No es normal que un jugador tan joven se rompa a las primeras de cambio...y a las segundas...y a las terceras...

    Se está nombrando mucho a Sam Bowie como referente, pero ahi tenemos a otro center Blazer como es Bill Walton (otro nº1 del draft)al que las lesiones acompañaron y condicionaron de una manera frustrante.

    En este caso ya no es solo superar una lesión grave. Es determinar si Greg Oden podrá jugar con normalidad o nos encontramos ante un nuevo Walton, Bowie, Adudie Norris o Curtis Bortchard.

    Oden tiene el potencial de un O'Neal o un Ewing, pero a este paso va a ser el eterno rookie. Un rookie que (en mi opinión) llegó a la NBA demasiado verde y al que las circunstancias se niegan a dejar madurar.

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  2. Martorell crack! Aunque no me pase mucho por Ultimate llevo leyendo este blog desde que lo empezaste. Lo he puesto en los favoritos del mío recién estrenado, espero que actualices pronto con alguna entrada dedicada a tu ídolo y futuro All-Star ;)

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  3. prometo actualizarlo en breve.
    Mucho lio llevo encima.
    gracias, a ver si hablamos del gordi. ;D

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