sábado, 11 de abril de 2009

EL MEJOR "4" DE LA TEMPORADA NACIÓ EN SANT BOI

Y se llama Pau Gasol Sáez.

Cuando inicié este blog, era (y es) mi idea, no darle mayor protagonismo a los jugadores españoles por el mero hecho de haber nacido en mi país.

Ser tratados como cualquiera de los otros 450 jugadores que componen la competición.

Pero claro, tampoco estaría bien que por ser compatriotas tuvieran que pasar un filtro diferente para ser reconocidos en este mí (vuestro) blog.
Hoy me paro en Pau Gasol, el mejor jugador español de la historia, que está a punto de escribir una nueva página de Oro en su extenso currículum.
Después de su premio de Rookie del año, sus primeros Play Offs con los Grizzlies, sus dos All Star Game, su marca como máximo anotador y reboteador en la historia de los Grizzlies, sus premios al mejor jugador de la semana, su presencia en una Final de la NBA con los Lakers y su reciente premio al mejor jugador del mes, llega el momento de ver a Pau en uno de los 3 quintetos ideales de la temporada, y en pocas semanas, será un objetivo que también habrá cumplido, ya que pocas dudas quedan que Gasol será uno de los 15 mejores jugadores de la temporada 2008/09.

El primer quinteto es un objetivo real, ya que al espléndido récord de su equipo se une su magnífica temporada, su presencia en el All Star Game y (reconozcámoslo), que vestir la camiseta dorada de los Lakers siempre es punto a favor.

Durante el transcurso de la temporada, Tim Duncan ha sido el mejor "4", pero según han ido pasando los meses, y el de las Islas Vírgenes ha ido desfondándose, las papeletas de Pau para integrar el mejor quinteto de la temporada han ido en aumento.

Sirva el presente artículo para comparar la temporada de Pau Gasol con la de sus máximos rivales por ser el mejor ala-pívot de la temporada, y confirmar mi teoría.



PAU GASOL (Los Angeles Lakers) 18.9 puntos, 9.6 rebotes, 3.5 asistencias (56.7% en tiros).
El 2º jugador en importancia del mejor equipo (de largo) de la Conferencia Oeste, ha permitido a Kobe Bryant jugar muchos partidos con el freno de mano puesto sin que el equipo lo notara. Comenzó jugando de "4", pasó a la posición de center tras la lesión de Bynum sin que su rendimiento bajara, y con la vuelta de Andrew ha vuelto al ala-pívot sin problemas. Ha dominado en la mayor parte de los partidos sin sufrir ningún bache en toda la temporada. All Star, 2 veces seguidas jugador de la semana y jugador del mes de febrero.


TIM DUNCAN (San Antonio Spurs) 19.4 puntos, 10.5 rebotes, 3.5 asistencias (50.4% en tiros)
Con mejores números que Pau, su equipo viaja a 11.5 partidos de los angelinos. The Big Fundamental comenzó como una moto la temporada, obligado por las lesiones de Ginobili y Parker, y su campaña ha sido de "10", pero en las últimas semanas su rendimiento ha bajado bastante debido a sus problemas físicos (rodillas), y con ello su equipo ha acumulado más derrotas de las previstas. All Star y jugador de la semana en 1 ocasión.


DIRK NOWITZKI (Dallas Mavericks) 25.7 puntos, 8.2 rebotes, 2.4 asistencias (47.4% en tiros)
Nueva temporada estelar del alemán de los Mavs, que pese a los claros signos de fin de ciclo de su equipo, se mantiene en los números que han hecho de él uno de los mejores jugadores de la NBA en los últimos años (MVP en 2007). Por estadística es el ala-pívot con más merecimientos para integrar el mejor quinteto de la temporada, pero el que su equipo haya estado siempre entre el 7º, 8º y 9º puesto del Oeste le resta muchas posibilidades. All Star y 2 veces jugador de la semana.



CHRIS BOSH (Toronto Raptors) 22.7 puntos, 9.9 rebotes, 2.4 asistencias (49% en tiros)
Grandes números individuales, horrenda temporada de su equipo y malas sensaciones en la cancha. Su calidad le ha permitido firmar una buena estadística, pero durante gran parte del año ha dado la sensación de no dar todo lo que podía para enderezar la catastrófica marcha de su equipo, penúltimo de la Conferencia Este. Sus posibilidades para entrar, no sólo en el 1º, si no en cualquiera de los 3 quintetos, casi nulas. All Star y una vez jugador de la semana.


AMARÉ STOUDEMIRE (Phoenix Suns) 21.4 puntos, 8.1 rebotes, 2.0 asistencias (53.9% en tiros)
Si a la mala temporada de su equipo, fuera de los Play Offs por primera vez desde 2003, se le une el que Stat lleva de baja desde mediados de febrero por una lesión ocular, pocas opciones tiene de integrar algún quinteto ideal de la temporada. Durante el tiempo que estuvo activo, su entendimiento con Shaquille en cancha no fue el mejor, y al inicio de curso se esperaba bastante más de él. All Star y una vez jugador de la semana.


DAVID WEST (New Orleans Hornets) 20.7 puntos, 8.5 rebotes, 2.3 asistencias (46.7% en tiros)
Típica temporada de West, sin granes titulares ni ocupando portadas, pero siempre en sus números. Junto a CP3, el único jugador de los irregulares Hornets que ha estado a la altura. Ser parte de uno de los equipos de los que más se esperaba y que más ha decepcionado juega en su contra, además de su poca prensa. All Star y una vez jugador de la semana.



LAMARCUS ALDRIDGE (Portland Trail Blazers) 18.4 puntos, 7.5 rebotes, 1.9 asistencias (48.6% en tiros)
Seguramente Brandon Roy representará a los Blazers en alguno de los quintetos del año, pero la temporada de Aldridge merece ser considerada, ya que ha dado un paso muy importante en su carrera y se presenta como uno de los power-forward más importantes de cara a próximas temporadas.



KEVIN GARNETT (Boston Celtics) 15.8 puntos, 8.5 rebotes, 2.5 asistencias (53.1% en tiros)
La peor temporada en sus 14 años como profesional (excepto la de rookie), debería dejar a The Big Ticket sin posibilidad alguna, pero su carisma, el pertenecer al equipo campeón y el ser uno de los jugadores más mediáticos de la NBA hace que no haya que descartarlo por si acaso. All Star.


Estos son los mejores ala-pívots de la temporada y la competencia directa de Pau de cara a integrar el mejor quinteto ideal del año, aunque hay una posibilidad para nada descartable, y es que la NBA se sacara de la manga un quinteto sin power-forward.

A saber: Chris Paul, Dwyane Wade, Kobe Bryant, LeBron James y Dwight Howard... y todo queda en casa.

domingo, 5 de abril de 2009

ALLEN IVERSON, VICTIMA DE SI MISMO


Allen Iverson ni es, ni ha sido, ni será, un jugador más dentro del Universo NBA.
Amado y odiado, casi a partes iguales, The Answer rebasó, casi sin darse cuenta, el umbral que separa al ídolo del mito.

Desde sus tiempos en la Universidad de Georgetown, ha sido un personaje público peculiar, admirado por sus excelencias en una pista de baloncesto a pesar de su liviano físico, pero visto con lupa debido a sus excesos fuera de ella.

Después de 2 años en la Universidad, a las órdenes del rígido John Thompson, Iverson llegó a la NBA, elegido por los Philadelphia 76ers como nº1 del Draft de 1996.

Iverson encabezó el que para muchos es el mejor Draft de la historia, o al menos uno de los tres mejores. Nombres como los de Camby, Marbury, Ray Allen, Antoine Walker, Kobe Bryant, Stojakovic o Steve Nash siguieron al de un jugador, que con apenas 1.83 metros y 70 kilos, sería capaz de cambiar el rumbo de una histórica franquicia, que vivía sus peores años (18-64 en la temporada 95/96).

La llegada de Iverson no supuso un cambio radical en los resultados del equipo (22-60), entre otras cosas porque a su llegada, Johnny Davis, su entrenador, se empeñó en ponerlo como base en virtud de sus facultades físicas, obviando que el anotador que Iverson llevaba dentro no le permitía anotar y dirigir el juego a la vez.

Eso sí, los Sixers, con su llegada volvían a estar en el candelero, sobre todo después de una jugada que podría considerarse el punto de partida hacia el estrellato de nuestro protagonista, un crossover al mismísimo Michael Jordan que dio la vuelta al Mundo.

Por aquella época, Iverson salpicaba sus hazañas en la pista con algún que otro altercado fuera de ella, pero... ¡¡Cómo señalar al nuevo icono de la ciudad, al ídolo que estaba haciendo renacer a los Sixers de sus cenizas!!! Vista gorda y a otra cosa...

No fue hasta la temporada 99/2000 cuando los Sixers comenzaron a ganar más partidos de los que perdían (49-33), siendo el punto culminante en la carrera del nº3 de los Sixers la temporada 2000/01, en la que además de conseguir el MVP de la temporada regular (31.1 puntos por partido), llevó a su equipo hasta la gran Final de la NBA, en la que cayeron sin paliativos ante los Lakers de O'Neal y Bryant.

Los Sixers tenían un equipo que bailaba al son que marcaba su estrella, Mutombo, McKie, Snow, Lynch y Hill hacían las labores sucias y Iverson brillaba más que cualquier estrella de la liga.

Por entonces, la imagen pública de Iverson era la de un icono absoluto para la juventud afroamericana, que lo tenían como un pastor al que seguir, el reflejo de su particular sueño americano. Negro, hecho a sí mismo, con limitados recursos económicos y capaz de triunfar en un deporte sin tener un físico privilegiado... Un Rey Midas.

Sus incontables tatuajes, sus pendientes, las cadenas y por supuesto, las indispensables cornrows eran verdaderos símbolos.

Pese a estar en la cima, no todo era un camino de rosas, ya que los encuentros y desencuentros con Larry Brown marcaron la época del veterano entrenador en Philadelphia, y es que pese a la reconocida mano dura del coach, Iverson hacía de su capa un sayo, y tan frecuentes eran sus exhibiciones individuales de corto, como sus escándalos de paisano.

Amistades peligrosas, familiares aprovechados, guardaespaldas, una relación difícil con la madre de sus hijos (llegó incluso a obligarla a salir desnuda a la calle tras una discusión)... era la otra cara de la estrella.

A partir de esa Final perdida, deportivamente todo fue a peor por Philly. La plantilla envejeció, Larry Brown se marchó, y Iverson se cansaba de anotar punto tras punto sin que sus actuaciones obtuvieran el premio de la victoria...

Así hasta la temporada 2005/06, en la que la llegada de una estrella (venida a menos) como Chris Webber, era motivo para que los Sixers volvieran a contar para todos. Entre C-Webb, Iguodala, Dalembert, Korver y AI3, formaban un quinteto para batirse el cobre con cualquiera.. pero de nuevo la campaña acabó en fracaso y los Sixers ni tan siquiera jugaron la post-temporada.
Por primera vez, algunas voces críticas tenían a Iverson en el punto de mira, y los primeros rumores serios de una posible salida de Philadelphia aparecían en prensa.

El comienzo de la siguiente campaña fue aterrador. Tras apenas mes y medio de competición, Webber salía por la puerta falsa después de negociar su despido, y con la evidencia de que su relación con Iverson fue de mal en peor hasta dar con el ala-pívot fuera del equipo.
No fue la salida de Webber la solución al problema, ya que Iverson se declaró en rebeldía y pidió en firme su traspaso.

El 20 de diciembre de 2006 se ponía punto y final a la etapa de Iverson en los Philadelphia 76ers, ya que era traspasado a Denver a cambio de Andre Miller y Reggie Evans.
Nuevo equipo, nueva ciudad y nueva vida a lado de otra estrella siempre bajo sospecha. Carmelo Anthony.

Iverson jugó en Denver casi 2 temporadas completas, en las que no se conoce de ningún roce con Anthony, incluso parece que hicieron buenas migas, pero en las que deportivamente tampoco pudo llevar a los Nuggets más allá de la primera ronda del Play Offs (perdiendo contundentemente ante Spurs y Lakers).
Los puntos seguían cayendo, pero la sensación de ser un jugador incapaz de llevar a un equipo a lo más alto se confirmaba a marchas aceleradas.
No lo hizo mal en Denver, pero su contrato era una carga demasiado pesada para la franquicia, sobre todo si iba a parar a un jugador que no era capaz de liderar al equipo hasta cotas más altas.
Por primera vez, se le consideraba un jugador con un contrato demasiado alto para el rendimiento que ofrecía.
En Denver, y todo hay que decirlo, no se le conoce altercado extra deportivo alguno, pero el equipo necesitaba un cambio.

Llegado al inicio de la presente campaña, los Nuggets enviaban a Allen Iverson a los Pistons, a cambio del hijo pródigo Chauncey Billups (y de un McDyess que no llegó a ponerse la camiseta de los Nuggs).

Buenos deseos y típicas palabras en la rueda de prensa de presentación con su nueva camiseta "Es un sueño para mi" "Es mi oportunidad" "Quiero ganar un título con los Pistons..."

Pero a las pocas semanas con los de la Motown, Iverson se saltaba un entrenamiento "porque si", simplemente porque quería estar con su familia en el Día de Acción de Gracias... primer borrón.
Las salidas de tono y las rebeldías de la estrella, ya no se pasan por alto como antes, ni llegan a tener ese tinte gracioso de estrellita que se cree con derecho a todo, porque en la cancha soluciona los problemas del equipo.

Los Pistons no carburan y los números de Iverson son los peores (con mucho), de toda su carrera deportiva (apenas 17 puntos y 5 asistencias). Michael Curry, entrenador novato de los Pistons hace mil y una maniobras para encajar a The Answer en el equipo, lo pone de base, de escolta, saca a Hamilton del quinteto, pone a Prince de "4"... pero nada funciona.

Los Pistons son un equipo serio, profesional, esforzado y con pelo en el pecho, en el que todos y cada uno de sus componentes han tenido que acoplarse a la filosofía de la franquicia para poder encajar y ser uno más.

Pero Iverson no es uno más, ni quiere ni puede serlo. Iverson es un alma libre que ve el baloncesto de una manera diferente a la que se mama en Detroit.

Su llegada fue un experimento, por el que los Pistons pagaron con una moneda demasiado valiosa. Con el fin de conseguir espacio salarial el próximo verano, (Iverson acaba contrato y libera 21 millones), desde la Motown se deshicieron de su líder las últimas temporadas, y lo están pagando muy caro.

Hablemos claro. Los Pistons traspasaron a Billups a cambio de espacio salarial.

¡¡¡Allen Iverson, el 4 veces máximo anotador de la NBA y gran ídolo de masas era sólo una excusa!!!

El 17 de febrero de este año, y tras 7 derrotas seguidas, Iverson causaba baja durante un mes por culpa de unos dolores en la parte baja de la espalda.

Al día siguiente de conocerse la lesión, los Pistons enlazan 4 victorias seguidas, ganando a Orlando, Boston, Denver y Golden State. ¿Coincidencia? puede ser.

Un mes de baja ha estado Iverson, en el que se ha perdido 17 partidos (9-8), regresando el pasado 29 de marzo ante los Sixers precisamente... y como suplente.

En los siguientes dos partidos, Michael Curry decidió que The Answer saliera como suplente, y en los 3 partidos dese el banco Iverson hizo un total de 9 de 25 en tiros de campo.

Fueron suficiente esos 3 partidos, para que Iverson cogiera una pataleta infantil, y se descolgara con unas declaraciones en las que aseguraba que "Si tengo que seguir como suplente, prefiero retirarme".
Enésima salida de tono para un hombre que está siendo devorado por su propio ego, que es incapaz de asumir que el paso del tiempo (33 años) está jugando en su contra, que está perdiendo la velocidad que le hacía imparable, que su capacidad anotadora ya no es la que era, y lo más importante, que si él en pista, su equipo es mejor.

Iverson nunca fue un jugador con un IQ baloncestístico demasiado alto, fue un jugador que marcó una época gracias a unas facultades físicas exprimidas al máximo y con un primer paso que le daba la ventaja suficiente para dejar a su defensor muy atrás en unas décimas de segundo.

Gracias a esa velocidad, su defensor se veía obligado a dejarle un metro para evitar la penetración, y Iverson lo aprovechaba para anotar desde fuera... pero ese primer paso ya no es tan rápido, y las defensas lo tienen claro. Sin ese metro de ventaja, ya no hay tiro cómodo y los porcentajes bajan alarmantemente.

Iverson ya no marca las diferencias.

Al día siguiente de esas explosivas declaraciones, Joe Dumars anunciaba que Allen Iverson sería baja lo que resta de temporada debido a que sus dolores de espalda no han remitido. ¿Otra casualidad?.

A día de hoy, su futuro no está demasiado claro.

El próximo verano, y por primera vez en su carrera, será agente libe sin restricciones, y podrá firmar por el equipo que le presente mejor oferta.

Varias (muchas) preguntas me asaltan.
  • ¿Habrán muchos equipos en disposición de querer hacerse con un jugador por el que tienes que cambiar tu estilo de juego?

  • ¿Se plantearán los equipos interesados en él, que a la vez que fichan al Iverson jugador, fichan al Iverson persona?

  • ¿Viniendo de cobrar 21 millones de dólares ... que cantidad satisfacerá los deseos de Iverson?

  • ¿Que ofertas recibirá? ¿De qué equipos? ¿Por cuanto dinero?

  • ¿Querrá marchar a un equipo que si bien pueda darle un buen contrato, no aspire a pelear por el anillo?

  • ¿Preferirá emular los casos de Finley o Payton, y sacrificar el dinero y la estadística en busca de un anillo que adorne su palmarés?

  • ¿Será capaz de admitir que su tiempo pasó y que puede ser igual de importante con menos protagonismo?

  • ¿Morirá de ego y decidirá retirarse si no encuentra lo que busca?

Personalmente tengo muchas dudas en todas las preguntas planteadas, pero lo que sí tengo claro es que pasen los años que pasen, el recuerdo de Iverson será imborrable gracias a su peculiar estilo de juego, a su capacidad para sobrevivir con un físico tan limitado y a su insaciable hambre de puntos.

Allen Iverson ha marcado una época en la NBA... pese a no haber ganado absolutamente nada con ningún equipo al que ha pertenecido, incluyendo el equipo olímpico americano, que perdió el Oro por primera vez desde el año 1972 ... y fue con Iverson en sus filas.

Pese a todo, algún día podré decir que yo vi jugar a Allen Iverson. "The Answer".