lunes, 3 de agosto de 2009

BYRON SCOTT SE JUEGA EL BIGOTE

Los New Orleans Hornets fueron la pasada campaña, por encima de cualquiera de los 29 equipos restantes, la gran decepción del año.

Pese a lograr clasificarse para playoffs, acabando séptimos del Oeste, fueron sacados de la postemporada a gorrazos por los Nuggets, siendo el colofón a una horrible temporada el 4º partido de la serie, donde los Hornets fueron humillados en casa (63-121), dando una de las imágenes más lastimosas que se recuerdan en una cancha de baloncesto.

Y digo que fueron el equipo decepción del curso 2008/2009, porque doce meses antes, los Hornets habían puesto contra las cuerdas al vigente campeón de entonces, los San Antonio Spurs, contra los que cayeron en el New Orleans Arena en el 7º partido de las Semifinales de Conferencia.

Los Hornets eran por entonces el equipo de (casi) todos. Alegres, dinámicos, atrevidos, agresivos y con una estrella que salpicaba cada partido con innumerables gotas de genialidad. Con Chris Paul a los mandos de la nave y Byron Scott dirigiendo con sobriedad desde el banco, el futuro pintaba azul celeste.

Hoy día, doce meses más tarde, el panorama no es tan idílico y las dudas comienzan a asomar a todos los integrantes de la franquicia. El que hace un año era el incontestable técnico, Byron Scott, está en el punto de mira, y un irregular inicio de temporada puede ser fatal para el ex escolta de los Lakers.

Y es que la campaña pasada todo salió mal en New Orleans. Al acabar su temporada de máximo esplendor, los Hornets se hicieron con el agente libre James Posey, que llegaba con el cartel de flamante campeón de la NBA con los Boston Celtics. Entonces, el fichaje del alero fue alabado por todo el mundo, calificándolo como la pieza justa y necesaria para que el equipo diera un paso más al frente gracias a la experiencia y versatilidad de Posey. Buen defensor y experto en anotar "ese triple ganador" cuando el partido se complicaba. Gran fichaje.

Pero Posey, pese a su buena disposición, no rindió como se esperaba (8.9 puntos en 28.5 minutos), y al final resultó ser más un freno para la progresión del joven Julian Wright, que "el salvador" que todos quisimos ver.

Otro factor fundamental para entender el mal año de los Hornets tiene que ver con la enfermería: Peja Stojakovic se perdió 21 partidos, Tyson Chandler 37, Julian Wright 28, Morris Peterson 39... el único jugador que se mantuvo sano todo el año fue Rasual Butler. Una auténtica escabechina,


Pero el fracaso en los fichajes del verano, y los problemas con las lesiones quedaron en nada comparado con "La Tormenta Chandler".

Tyson Chandler, pívot titular del equipo, que en la 07/08 firmó 11.8 puntos y 11.7 rebotes por partido, siendo, además, el baluarte defensivo del equipo, se pasó el inicio de la campaña pasada entre lesión y lesión. Los Hornets, quizá algo hartos de tantos problemas físicos del ex de los bulls, acordaron su traspaso a mitad de temporada a los Oklahoma City Thunder.

Chandler a OKC, a cambio de dos expirings de perfil bajo como Chris Wilcox y Joe Smith. Un trueque de difícil comprensión para los aficionados.

El jugador quedó sorprendido y decepcionado con la noticia de su marcha, y los dos pesos pesados del equipo, y amigos personales suyos (David West y Chris Paul), no dudaron en alzar su voz en contra del movimiento. Pero el traspaso no se consumó... porque Chandler no pasó las pruebas físicas de rigor con los Thunder. Vuelta a casa... pero con el cuchillo en los dientes y rencor en el cuerpo. Y es que, desde ese mismo momento, el mal ambiente se apoderó del vestuario hornet.

Tyson Chandler mirando siempre de reojo a su entrenador y con nula conexión con Scott, y Chris Paul & David West en el barco de su amigo. Las cosas no podían salir bien. Las malas lenguas hablan, incluso, de que durante un momento del final de la temporada las dos estrellas del equipo tuvieron una discusión que acabó en pelea. Ya ni Paul y West se soportaban.

Acabada el curso, los Hornets no saben por donde tirar. Si en febrero intentaron quitarse de encima a Chandler, a cambio de tener espacio salarial este verano, ahora lo acaban de intercambiar por un Emeka Okafor al que todavía le quedan cinco años de contrato a una media de 12 millones por ejercicio.

Byron Scott por fin se quita de encima a un elemento "molesto", pero a cambio de un jugador de muy similares características... y tensando un poco más la cuerda con CP3 y David West.


Independientemente de otros posibles movimientos que puedan hacer en lo que queda de verano, los Hornets tienen que salir la temporada que viene dispuestos a borrar la mala imagen de la 08/09, y volver a enamorar tal y como lo hicieron unos meses atrás.

Es lo único que les puede salvar. Y es que todo el crédito que tenía Byron Scott como técnico, lo ha agotado ya, y a partir de ahora cualquier decisión comprometida puede volverse en su contra. Ni tan siquiera su relación con Paul es todo lo buena que sería deseable, y desde luego, comienza la temporada en el filo de la navaja.

Pero la presión no es nueva para Byron Scott. En su época como jugador de los Lakers, Scott era el escolta titular del equipo del "Showtime", una escuadra que practicaba un juego desenfadado y alegre, y del que el (todavía) técnico de los Hornets era una de las piezas importantes.

Como coach, su imagen es absolutamente la contraria, ya que es un hombre duro, serio, estricto y poco amigo de sus jugadores. Un hueso. Muy del estilo de Scott Skiles o Nate McMillan. Buenos entrenadores pero poco dados a los gestos cara a la galería. Poco amigos de la prensa y de nula conexión con la grada. Verles sonreír es ciencia ficción.

Conocida es la anécdota de sus tiempos como entrenador asistente en Sacramento.

En la época floreciente de aquellos Kings, Byron Scott fue a ver jugar un partido de baloncesto de uno de sus hijos. Repentinamente se marchó de la grada. Preguntado al respecto, Scott respondió que había visto a su hijo hacer una jugada de Jason Williams, y que eso no era baloncesto.

Lo gracioso es que por entonces, "Chocolate Blanco" era... pupilo del propio Scott.
Esa anécdota resume a la perfección la manera de ser del entrenador de los Hornets. Un hombre de nula capacidad para hacerse querer; buen profesional y meticuloso en su trabajo, pero del que es difícil encariñarse.

Es por eso por lo que tras llevar a los New Jersey Nets a las mas altas cotas de su historia (finalistas en los años 2002 y 2003), fue destituido a mediados de la temporada siguiente, cuando su equipo llevaba un récord de 22-20. Algo sorprendente deshacerse del técnico que había llevado a los Nets tan arriba, pero cuando no se tiene "feeling" ...

Tras salir de New Jersey, en el verano de 2004 Byron Scott fue contratado por los New Orleans Hornets, uno de los equipos más flojos del momento.

Tras una primera temporada lamentable (18-64), fue recogiendo los frutos a su trabajo hasta hacer de los Abejorros uno de los más poderosos de la liga.

Pero después de la campaña pasada, y pese a ser el hombre que puso a los Hornets en el mapa, Scott vuelve a estar en tela de juicio, y no sería extraño que los dueños de la franquicia se lo pensaran más bien poco a la hora de destituirle si los resultados no acompañan al inicio.

El comienzo del nuevo curso se presenta vital para los New Orleans Hornets, pero sobre todo para el bigote de Byron Scott, el cual costará poquísimo afeitar si vienen mal dadas.


El desafío es de aúpa, ya que parece que el técnico cuenta con pocos aliados. Veremos como sale de ésta, pero a nadie debería extrañar que Byron Scott se comiera el turrón en casita...
(Con la colaboración de Chaly Novo)

5 comentarios:

  1. La verdad es que a día de hoy los Hornets son una verdadera incógnita...
    El pobre Byron sale mal de todos sus equipos.

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  2. Es que es lo que digo. Es un tio que no se hace querer, y cuando vas asi por la vida cuesta menos darte boleto, por muy bien que lo hayas hecho.

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  3. pues a mi me parece un pedazo de entrenador que no se haga querer eso es otra cosa tampoco uno se iria a tomar unas cervezas con aito o con obradovic y si enbargo son grandes entrenadores y a uno en un mundo como en el basket lo deben juzgar por lo que hace no por como es y un tio que ha metido a un equipo aseadito como aquelolos nets en 2 finales de la nba tiene un merito enorme

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  4. A mi me parece un buen entrenador (no gran, pero si bueno), a lo que me refiero es que desgraciadamente es mas facil cargarte a Scott en un momento dado que a por ejemplo... Adelman.

    En los casos de Aito u Obradovic, es que están a otro nivel seguramente.

    Respecto a Scott, pese a que es algo que va con su caracter, creo que deberia ser mas inteligente en este aspecto e intentar ganarse al publico, ya sea on declaraciones, gestos o dejando para la caseta la cara de vinagre. jajaja

    De todos modos, uno es como es y no hay que pedirle mas, pero las consecuencias pueden ser un despido "comodo" para el GM.

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  5. En la NBA este tipo de entrenadores son presa fácil. A la mínima le enseñan la puerta...

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